La industria musical y las licencias en el 2021

Comunicaciones L&C
julio 19, 2021
julio 19, 2021

El otro día, mientras revisaba las noticias sobre propiedad intelectual, me encontré con una nota que explicaba cómo los miembros de los Sex Pistols, legendaria banda punk de los años 1970, inician una batalla ante la Alta Corte de Londres por el uso de su música en una serie de televisión sobre sus vidas. Esta observación me hizo pensar: ¿Cómo ha interactuado la Propiedad Intelectual con la industria de la música en este 2021?

Y en los últimos 15 años debido al uso de nuevos procedimientos más activos y también al hecho de que la industria de los medios ha cambiado de modo similar a la industria audiovisual, convirtiendo a la industria de las licencias en el sector más rentable de la industria musical y a menudo también se le considera el más innovador y ágil, siendo el principal foco dentro del último año.

El 2021, con la presencia del COVID-19 en el mundo, significó una fuerte disminución de ingresos, es así como la industria musical ha llegado a reevaluar sus otros negocios y tratar de compensar con ellos las pérdidas de las discográficas, mediante un incremento de los ingresos procedentes de las licencias y de la música en vivo.

Pérdidas


La suspensión de las actividades en vivo tuvo un efecto catastrófico en la industria, para los artistas significa un duro golpe financiero y un cambio drástico al funcionamiento de la misma. Gran parte de los ingresos que se generan son a partir de la venta de boletos. Entre cancelaciones y los cierres de fronteras, la situación se volvió crítica. Tan solo en Australia, la industria de conciertos ha perdido más de 100 millones de dólares de acuerdo con ABC.

De acuerdo con datos de la revista Rolling Stones, el área de entretenimiento en vivo a nivel mundial vale 26 billones de dólares, y el New York Times reportó que la venta de boletos de las 100 giras más esperadas en Norteamérica generó 5.6 billones de dólares en 2019.

Sin embargo, los únicos afectados no son solo las grandes empresas de la industria, incluso más perjudicados aún estarán sus empleados, de los cuales muchos trabajan en esquemas freelance sin protecciones laborales o sueldos estables. Sonidistas, ingenieros de iluminación, e incluso músicos. Algunos artistas, como Zac Brown, despidieron a gran parte de su equipo.

En búsqueda de mantener a flote a la industria, la misma se adaptó para sobrevivir, abriendo la puerta a explorar nuevas áreas de oportunidad, y formas de conectar con un público que está aislado. Es así que la música concentró todos sus esfuerzos en la explotación de licencias y streaming.

Principios del Streaming y la industria de las licencias.


A inicios de 2021 se volvió necesario entender que, al obtener derechos de uso sobre la reproducción de una obre, esta no necesariamente puede ser interpretada en directo; a través de plataformas como Facebook, YouTube, Twitch y demás.

Sin embargo, existen algunas entidades de gestión colectiva que disponen de acuerdos específicos con las plataformas. La GEMA alemana, la sueca STIM y la británica PRS, por ejemplo, pusieron en marcha lo que hoy se conoce como ICE (International Copyright Enterprise) y firmaron un acuerdo de licencia con plataformas sociales como YouTube, Facebook, Twitch y Twitter. Por consiguiente, no se necesita una licencia aparte si se quiere emitir en directo en esas plataformas en la mayor parte de Europa, África del Norte y Oriente Medio.

Este tipo de plataformas pagan una cuota a las entidades de gestión colectiva de la zona y sus miembros reciben a cambio ingresos en concepto de actuaciones en directo. La PRS ofrece información valiosa sobre este acuerdo de licencia.

Es más complicado con los DJ o emitir un set en internet, ya que, no son propietarios del copyright de las grabaciones. Por tanto, es necesario pagar cierta cantidad a la entidad de gestión colectiva del territorio o conseguir licencias de todos los propietarios de los derechos.

El DMCA y la problemática con las licencias.


La Ley sobre Derechos de Autor en el Milenio Digital (DMCA, por sus siglas en inglés) es una ley estadounidense que regula los derechos de autor especialmente en ámbito digital, es decir, en Internet.

De un lado, se protegen los derechos de los autores, convirtiendo en delitos la producción y difusión de tecnología, dispositivos o servicios destinados a eludir el respeto de estos derechos protegidos y también el acceso no autorizado, independientemente de que exista o no una infracción real de los derechos de autor en sí.

Pero la DMCA también exime de responsabilidad directa e indirecta a los proveedores de servicios de Internet y otros intermediarios, como Facebook o Twitch. Twitch, con sede en California, está sujeto a esta normativa federal de los EEUU. Ello no implica que un usuario o creador domiciliado en España o en la Unión Europea no esté de modo directo involucrado.

En este año, muchos de los usuarios de diferentes plataformas de streaming han recibido recientemente solicitudes de retirada de contenido con base en supuestas infracciones de derechos musicales en virtud de la DMCA por parte de los titulares de esos derechos.

Caso práctico de Twitch


La única base sobre la cual un usuario o streamer suscrito en Twitch puede verse obligado a cumplir con esta normativa es la aceptación expresa de los Términos del servicio de esta plataforma. Respecto del punto 8. Contenido de Usuario, el usuario o streamer otorga una en la letra a. una Licencia a Twitch para, entre otros, utilizar el nombre, la identidad, la imagen y la voz que este envíe en relación con dicho Contenido de usuario; y en la letra b. Manifestaciones y garantías relacionadas con el Contenido de Usuario, Twitch indica que la responsabilidad sobre el Contenido de usuario y las consecuencias de publicarlo son del usuario, y que en particular, dicho (2) Contenido de usuario no (a) infringir, vulnerar ni usurpar á ningún derecho de terceros, incluidos los derechos de autor, marcas, patentes, secretos comerciales, derechos morales, derechos a la intimidad, derechos de imagen o cualquier otro derecho de propiedad intelectual, etc.

Estas obligaciones de no infracción se ratifican en los puntos 9. Conducta prohibida, donde el usuario se OBLIGA A NO infringir ninguna ley, a no incumplir ningún contrato, a no vulnerar ningún derecho de propiedad intelectual o de terceros y a no cometer ningún acto ilícito, y en particular a: i. a no crear, cargar, transmitir, distribuir o almacenar contenido que sea impreciso, ilegal, infractor, etc.; y 10. Respeto de los derechos de autor, invitando a los propietarios de derechos de autor o sus agentes a señalar contenido que consideren infractor.

Sin embargo, lo anterior no implica en ningún caso que la DMCA se aplique de manera directa al contenido creado por un streamer, siempre y cuando este último no sea residente en los EE.UU.

Obviamente, existen muchos más casos en otros países, demostrando que las plataformas de Stream a través de políticas de uso restrictivo, se vuelven mucho más cuidadosas con la utilización de licencias musicales, las mismas que en este punto se convierten en el sostén de la industria musical.

En conclusión, es obvio que la industria de la música volverá a crecer con el fin de la pandemia y la llegada de los conciertos, pero, las medidas de restricción de contenido por violación de derechos de autor, planteadas por la industria musical y que afectan a la actividad del streaming no se verán reducidas y por el contrario se volverán mucho más severas con el paso del tiempo, ya que, como se mencionó anteriormente, el territorio de las licencias se volvió mucho más lucrativo para esta industria.

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