¿Qué deja una acción legal cuando termina?

En Luzuriaga & Castro, esa respuesta ya no se queda en el expediente.
Se convierte en sombra, en oxígeno, en vida.
10.000 árboles plantados
Cada uno registrado y monitoreado durante 10 años.
10 hectáreas restauradas
En una zona de alta biodiversidad prioritaria.
250 toneladas de CO₂ compensadas
Una intervención legal = impacto ambiental calculado y restaurado.
Acciones antipiratería integradas
Que dejan una marca… pero ahora, una marca verde.

“De la Huella al Bosque” nació con una inquietud incómoda.

Cada procedimiento legal que ejecutamos —por necesario que sea— deja una marca. Una huella que no se ve en los expedientes, pero que permanece en el ambiente: emisiones, residuos, energía consumida, materiales incautados, desplazamientos.

Durante años actuamos conforme a la ley y cumplimos con los estándares. Pero eso no bastaba. La pregunta, inevitable, empezó a tomar forma:¿Qué queda después de que se logra justicia? ¿Qué pasa con lo que no se contabiliza: el aire, los suelos, los árboles?

Así nació “De la Huella al Bosque”, como una respuesta ética y práctica ante una realidad silenciosa pero persistente: el ejercicio del derecho también impacta al planeta.

Y si ese impacto es inevitable, decidimos que no podía ser ignorado.

Esta es una propuesta de justicia restaurativa desde el derecho, impulsada por una convicción simple pero poderosa: toda acción legal deja una huella. Pero ¿y si esa huella pudiera convertirse en vida?

Por cada acción antipiratería que realizamos —incautaciones, resoluciones, intervenciones— restauramos. Sembramos árboles nativos en zonas estratégicas, regeneramos ecosistemas, damos una segunda oportunidad a los territorios. Porque ejercer el derecho no solo implica defender lo justo. También implica asumir sus consecuencias y actuar en consecuencia.

Plantamos vida donde antes hubo infracción.

Cada acción legal instruida se traduce en 3 árboles nativos plantados en el Cantón Cube, Esmeraldas.

Damos nueva forma a lo que fue falsificación

Cada producto destruido se gestiona con empresas certificadas, y las cenizas se convierten en bloques de construcción.

Registramos cada paso con transparencia.

Todo esto es verificable con tecnología blockchain.
Proteger lo justo no debería implicar dañar lo que nos sostiene. Si cada operativo jurídico tiene un impacto,

¿por qué no convertir ese impacto en algo que beneficie al planeta?

Quiero ser parte
El Cantón Cube, en Esmeraldas, no solo es biodiverso.

Y por eso, es el lugar perfecto para restaurar.

“De la Huella al Bosque” es más que una iniciativa.
Es una forma de ejercer el derecho como un acto de reciprocidad.

Porque defender lo justo también puede significar retribuir.