En el cruce entre la tecnología y la propiedad intelectual, los prompts son como las piezas de un rompecabezas en el mundo de la inteligencia artificial (IA). Aunque parecen instrucciones simples y cotidianas, tienen la funsiónr de guiar a los sitemas de IA hacia la creación de contenido complejo y variado. Se convierte en la llave maestra que desbloquea el potencial creativo de este tipo de sistemas.
Cada vez que ves un resultado generado por una IA, como un texto persuasivo, una imagen surrealista o una melodía conmovedora, detrás de él hay un prompt que ha dirigido todo el proceso creativo. Estas instrucciones, diseñadas cuidadosamente por humanos, moldean y guían la creatividad digital, influyendo en el resultado final.
Sin embargo, a pesar de su importancia en la generación de contenido digital, los prompts enfrentan una incertidumbre legal en términos de propiedad intelectual. ¿Son estos simples comandos susceptibles de protección bajo las leyes de derechos de autor y propiedad intelectual? ¿Cómo se reconcilia su naturaleza funcional con los estándares tradicionales de originalidad y creatividad requeridos para la protección legal?
En el ámbito de la inteligencia artificial (IA), los prompts son una serie de instrucciones que el usuario proporciona a la herramienta de IA, como ChatGPT o Midjourney, con el propósito de que produzca un resultado en forma de texto, imagen, vídeo o código, según la naturaleza de la herramienta utilizada. Estas instrucciones pueden variar desde solicitudes muy básicas hasta textos instructivos complejos, y su nivel de detalle y especificidad determina la precisión y adecuación del resultado que se obtiene.
El espectro de posibilidades que abarca un prompt es amplio y diverso. Desde una sencilla receta de cocina hasta el boceto del diseño de un automóvil o un detallado plan de negocios, el alcance de los prompts es prácticamente ilimitado. En esencia, el prompt es una petición que se realiza de forma verbal o escrita a la herramienta de IA con el fin de obtener una respuesta o contenido específico, sea en formato de texto, imagen, audio o video.
Los prompts se constituyen como la vía a través de la cual los usuarios interactúan con la inteligencia artificial, proporcionando las directrices necesarias para la generación de contenido diverso y personalizado. Su importancia radica en su capacidad para dirigir y moldear el proceso creativo de las IA, permitiendo así la creación de contenido relevante y significativo en una amplia variedad de contextos y aplicaciones.
Aplicar los estándares tradicionales de originalidad y creatividad a los prompts plantea desafíos únicos debido a su naturaleza funcional y su proximidad a las ideas más que a las obras creativas. La protección de una creación por propiedad intelectual requiere que esta sea original y refleje las decisiones libres y creativas de su autor. Sin embargo, afirmar que un simple prompt cumple con estos criterios resulta complicado, a menos que la instrucción en sí misma sea original en cuanto a su forma, lo cual es poco común. En muchos casos, un prompt se asemeja más a la descripción de una idea o la enumeración de ingredientes que a una obra en sí misma, lo que plantea interrogantes sobre su elegibilidad para la protección legal.
A pesar de estos desafíos, existen precedentes legales que sugieren una interpretación más flexible de los requisitos de protección de la propiedad intelectual. Por ejemplo, en el caso de los programas de ordenador, se ha reconocido la protección de obras que, si bien no destacan por su valor artístico o creativo, poseen utilidad o funcionalidad. Este mismo razonamiento podría aplicarse a los prompts, lo que sugiere la posibilidad de ampliar los límites de protección para incluir estas instrucciones dentro del marco legal de la propiedad intelectual.
La historia del derecho de autor está marcada por una constante evolución para adaptarse a los avances tecnológicos y las nuevas formas de creatividad. Los precedentes históricos, especialmente en el caso del software, pueden proporcionar una guía para entender cómo podrían ser protegidos los prompts bajo la ley de propiedad intelectual. Examinar estos casos pasados nos ayuda a anticipar cómo el derecho de autor podría evolucionar para abordar los desafíos planteados por la IA generativa y los prompts.
Las opiniones legales sobre la protección de los prompts reflejan la complejidad inherente al tema y los desafíos que enfrentamos al intentar definir su estatus legal. Por un lado, algunos defienden la idea de reconocer la creatividad del usuario y su papel como creador, argumentando que la elaboración de prompts implica un proceso creativo que merece protección. Estos defensores abogan por otorgar al usuario derechos de autor sobre el contenido generado a través de sus instrucciones, considerándolos como verdaderos autores que utilizan herramientas tecnológicas para expresarse.
Por otro lado, existen quienes señalan la imprevisibilidad inherente en el funcionamiento de las IA generativas, lo que dificulta atribuir la autoría a un individuo específico. Estos críticos argumentan que, si bien los prompts pueden influir en el resultado final generado por la IA, no conducen de manera directa e inequívoca a un resultado específico. La capacidad de una misma instrucción para producir resultados diferentes cada vez evidencia la presencia de un componente de aleatoriedad en el proceso creativo de la herramienta, lo que cuestiona la atribución de la autoría al usuario.
Estas perspectivas divergentes plantean importantes interrogantes sobre el papel de los prompts en el contexto de la propiedad intelectual y los derechos de autor. ¿Cómo podemos equilibrar la protección de la innovación con la promoción del acceso abierto y la colaboración creativa? ¿Qué criterios deberíamos considerar al atribuir la autoría de contenido generado por IA? Estas son algunas de las preguntas clave que deben abordarse a medida que continuamos explorando y debatiendo sobre el tema. La resolución de estos desafíos futuros requerirá un enfoque cuidadoso y colaborativo que tenga en cuenta tanto los avances tecnológicos como los principios fundamentales de la propiedad intelectual.
Como lo hemos mencionado, la protección legal de los prompts en el ámbito de la propiedad intelectual presenta desafíos significativos, y en ausencia de una regulación específica, la dinámica entre usuarios y proveedores de servicios de IA cobra un papel crucial en la determinación de los derechos de autor y la propiedad intelectual asociados.
Los acuerdos contractuales entre los usuarios y los proveedores de servicios de IA se convierten en el principal mecanismo para regular la propiedad sobre los prompts. Estos acuerdos pueden variar en su alcance y complejidad, pero en general, determinan quién retiene los derechos sobre los prompts y cómo se pueden utilizar en el contexto de la generación de contenido.
Por ejemplo, según los Términos de Uso de ChatGPT, el titular de los inputs conserva los derechos de propiedad intelectual sobre ellos, incluidos los prompts. Aunque no se hace una referencia directa a los prompts en los términos de servicio, la plataforma reconoce la importancia de estos en la generación de contenido y su papel en la salida del modelo. En contraste, los Términos de Servicio de Midjourney establecen claramente que la titularidad de los prompts reside en el usuario que los crea, otorgándole así propiedad sobre los mismos.
Estos ejemplos destacan la diversidad de enfoques en la regulación contractual de los prompts y resaltan la importancia de la claridad y transparencia en los acuerdos entre usuarios y proveedores de servicios de IA. Además, muestran cómo las plataformas reconocen cada vez más la importancia de proteger los derechos de autor de los usuarios sobre los prompts que crean.
En resumen, si bien la protección legal de los prompts en términos de propiedad intelectual sigue siendo un área gris, la regulación contractual y el reconocimiento de derechos por parte de las plataformas de IA representan un paso importante hacia la protección de la creatividad y la innovación en el contexto digital. Sin embargo, sigue siendo necesario abordar estos temas de manera más amplia y coherente a través de marcos regulatorios claros y actualizados que reflejen la evolución rápida y continua de la tecnología y la creatividad humana.
Arnaiz, V. (13 de Abril de 2024). Propiedad intelectual y 'prompts': ¿cómo proteger a los hombres que preguntan a las máquinas?
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