Patentes y la Vacuna para el Covid 19

Comunicaciones L&C
septiembre 24, 2020
septiembre 24, 2020

La búsqueda para contrarrestar una enfermedad que, en la actualidad, afecta a millones de personas y a asesinado a cientos de miles en todo el mundo, llevando a varios países y estudios farmacéuticos a una lucha encarnizada por patentar la vacuna para el Covid 19. Pero, la politización y división a la hora de patentar los resultados de estudios alrededor del caso, ¿en verdad es funcional?.

Desde la perspectiva de Jorge Dezcallar, Embajador de España, es un sí a media tinta. En ciertos aspectos existe una perspectiva positiva al respecto, “ nunca antes se había visto un esfuerzo como el actual, tanto por el volumen del dinero invertido como por la colaboración entre empresas farmacéuticas en la búsqueda de una solución, algo que facilitan las redes sociales y en particular internet al permitir trabajar juntos a centenares de científicos de muchos países..” (Dezcallar, 2020) Sin embargo, él determina que eliminar algunas barreras alrededor de la propiedad intelectual o de transferencia de tecnología, facilita el encontrar una respuesta para generar una vacuna a esta enfermedad.

Es cierto que, desde la visión del desarrollo tecnológico en salud, la competencia y la conexión entre varios especialistas es un paso enorme. Sin embargo, este aspecto positivo inmediatamente se puede convertir en un arma de doble filo, principalmente en el instante en que la realidad se constituyó como una carrera para ver qué estudio de investigación y que país patenta primero la vacuna para la enfermedad. 

Este factor lo explica Javier Serrano, en La vacuna de la Covid-19, ¿monopolio o interés público?, donde menciona que “las empresas farmacéuticas pueden ostentar un monopolio sobre la fabricación y comercialización de la vacuna y, en última instancia, sobre la decisión de su precio de venta, lo cual puede ser peligroso.” (BONILLA, 2020) Es decir, al patentar la vacuna, la empresa puede decidir si comparte la formula o la mantiene para sí mismo, convirtiendo su producto en un monopolio industrial. 

En este punto, es necesario mencionar que, con este artículo no se busca construir una idea negativa hacia el patentar nuevos inventos, es todo lo contrario, se busca expandir su conocimiento al respecto. Por lo cual, tenemos que tomar en cuenta que, para buscar el equilibrio entre lo privado y lo público aparece la figura de las licencias obligatorias:

“En la actualidad, las licencias obligatorias ocupan un hueco en la mayoría de las legislaciones sobre patentes de cualquier país, a nivel internacional. La concurrencia de determinadas circunstancias de interés público puede conducir a que el Estado obligue a la empresa titular de la patente a permitir su fabricación o comercialización por otras empresas a cambio de una compensación económica, e impedir así que la posición monopolística del titular de la patente dificulte la adquisición del producto por los ciudadanos; especialmente por aquéllos con menos recursos.” (BONILLA, 2020)

Es decir, la vacuna puede ser comercializada en todo un país y eso solo si se efectúa una concesión obligatoria en su patente, es decir depende también del titular de la patente ya que existen varios tipos de licencias de patentes. Sin embargo, las licencias obligatorias en la práctica son poco frecuentes y los países siguen teniendo diferencias tanto en sus políticas como en sus relaciones comerciales, el hecho de que un país proporcione una vacuna para todos sus ciudadanos, no implica que proporcionará dicha vacuna a todos los países. 

“Como es imposible predecir cuál de las vacunas llegará primero a la meta, los países más desarrollados comenzaron a comprar cientos de millones de dosis a distintos laboratorios para tratar de asegurar su abastecimiento. Esta es una época de aumento en los nacionalismos. Los gobiernos están preocupados de que, si llegan a un acuerdo de compartir la vacuna con otros países, quedarán en una posición políticamente vulnerable en su propio país.” (Febbro, 2020)

Desde esta perspectiva los países no pueden ceder, las políticas y relaciones exteriores llegan a influenciar siempre en el desarrollo de la tecnología. Ahora, el uso de patentes en el mundo de la propiedad intelectual se vuelve cada vez más polémico a la hora de comercializar un producto, desde nombres comerciales hasta secretos comerciales llegan a las instancias jurídicas. En conclusión, el patentar la vacuna para el Covid 19 representaría una problemática mayor, dependiendo principalmente de las políticas de la nación en el que se desarrolle, sin embargo, eso no significa que, la misma, será bloqueada para los demás países. Una vacuna requiere determinados elementos químicos o ingredientes que se encuentran en el extranjero, ningún país es totalmente autosuficiente y por ende dependiendo de las relaciones comerciales entre naciones la propagación de la patente sería un hecho. 

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