Productos Falsificados y su interacción en el Mercado

Comunicaciones L&C
agosto 2, 2021
agosto 2, 2021

La producción y venta de productos falsificados es un problema mundial que moviliza miles de millones de dólares y tiene graves repercusiones económicas y sanitarias para los gobiernos, las empresas y los consumidores.

El problema de la falsificación está en todas las comunidades y afecta a la economía. Con el afán de encontrar imitaciones a precios imbatibles se pasan por alto los vínculos que existen entre la mercancía falsificada y la delincuencia organizada transnacional.

La falsificación es un negocio en apariencia lucrativo, ya que los delincuentes sacan partido, por un lado, de la gran demanda continua que existe de productos baratos y, por el otro, de sus bajos costos de producción y distribución.

Estos falsificadores se aprovechan de los consumidores incautos y de los que buscan ofertas, explotando su deseo de adquirir productos de marca a precios bajos, o simplemente de su situación económica.

Delincuencia organizada

Si bien los costos son difíciles de cuantificar, y no incluyen daños no monetarios como las enfermedades y la muerte, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos y la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE calcula que el valor de la mercancía falsificada se sitúa en torno a los 250.000 millones de dólares por año, representando actualmente el 3,3% del comercio mundial.

Las redes delictivas que se dedican a falsificar productos actúan a través de las fronteras nacionales, entre otras cosas, fabricando, exportando, importando y distribuyendo productos ilícitos. La magnitud del fenómeno y los métodos ingeniosos utilizados constituyen un gran desafío para los agentes de la ley, ya que los falsificadores actúan con gran flexibilidad para poder imitar los productos y evitar ser descubiertos.

A menudo las organizaciones delictivas están involucradas en otras actividades, además de la producción y el comercio de mercancía falsificada. Muchas de ellas también se dedican al tráfico de drogas y armas de fuego y a la trata de personas.

Peligro en los productos falsificados

Los falsificadores se dedican a la producción ilegal de imitaciones en casi todos los sectores: alimentos, bebidas, ropa, calzado, productos farmacéuticos, electrónica, piezas de automóviles, juguetes, entradas para conciertos, alcohol, cigarrillos, artículos de aseo, materiales de construcción y muchísimas cosas más.

A menudo, los consumidores no pueden dejar escapar la oportunidad, y muchos de ellos no comprenden los riesgos ni las ramificaciones de esta industria ilícita. Comprar un bolso o unos jeans falsos, por ejemplo, puede no considerarse una operación ilegal, sino simplemente una manera menos costosa de ir al último grito de la moda. Sin embargo, pocas veces se piensa que ese dinero puede terminar en manos de grupos delictivos organizados o perjudicar directamente a las empresas que actúan de forma legítima.

La compra de productos farmacéuticos fraudulentos no puede ocultar los riesgos que existen a largo plazo: hay numerosos casos de discapacidad y fallecimiento causados por medicamentos contaminados, y además estos productos contribuyen al aumento de las enfermedades resistentes a los fármacos, indica la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (ARCSA).

Incluso la compra de productos comunes como gafas protectoras o enchufes eléctricos copiados y reproducidos ilegalmente entraña riesgos considerables debido a su baja calidad. Los cigarrillos falsificados también conlleva numerosos riesgos; incluso son más perjudiciales que los auténticos, ya que pueden contener niveles mucho más altos de nicotina y otras sustancias químicas sumamente peligrosas como arsénico, benceno, cadmio o formaldehído.

Mercancías falsificadas más peligrosos

Como lo entendemos, los delincuentes responsables de esas operaciones plantean graves problemas para todos los sectores de la sociedad, ponen en peligro la salud pública al producir medicamentos fraudulentos, privan al sector público de ingresos fiscales ya que eluden los canales oficiales, aumentan el gasto público asignando más recursos a la labor de aplicación de la ley a fin de combatir ese comercio ilícito y hacen que aumente el precio de los productos legítimos, ya que las empresas intentan, de ese modo, compensar pérdidas.

Con los años se ha identificado a algunos de los productos falsificados más peligrosos que incluyen piezas automotrices, electrónicos, equipo de seguridad, medicamentos por receta y cosméticos representado un peligro inminente para la seguridad y salud pública:

  • Bolsas de aire falsificadas y sus piezas pueden causar fallos severos —desde no desplegar, poca inflación, sobre inflación hasta explosión de metralla durante despliegue en una colisión.
  • Baterías de litio-ion para computadoras portátiles presentan un riesgo significativo de calentamiento extremo, auto ignición y explosión.
  • Cascos y cargadores de bebé falsificados pueden romperse.
  • Puede que medicamentos por receta falsificados no contengan el ingrediente activo o conduzcan a una sobredosis accidental.
  • Cosméticos falsificados pueden causar reacciones severas de la piel.

Estas mercancías falsificadas usualmente tienen la marca registrada de un nombre comercial legítimo y fiable, pero estas fueron producidas en otra parte y no son hechas con las especificaciones del fabricante original. Estas son producidas frecuentemente de manera ilegal y vendidas para obtener ganancias para financiar otras actividades criminales.

Esto hace de la producción y el tráfico de mercancías falsificadas delitos transnacionales, comúnmente vinculados a organizaciones criminales transnacionales. Como tales, violaciones de fraude comercial relacionadas también son investigadas por los Equipos de Trabajo de Seguridad Fronteriza de HSI.

Ecuador situación con los productos falsificados

En Ecuador, se ha dado un aumento en la falsificación de medicamentos, para su combate la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria, Arcsa, pone en conocimiento a la ciudadanía que los medicamentos falsificados, adulterados o alterados representan un grave problema en muchos países y en todas las regiones.

Lo que en un tiempo se consideró un asunto exclusivo de los países en desarrollo y de bajos ingresos, se ha convertido en un problema para todos. Con el aumento exponencial de las conexiones a internet, los implicados en la fabricación, distribución y suministro de productos médicos de calidad subestándar, espurios, de etiquetado engañoso, falsificados o de imitación han logrado acceder a un mercado mundial. Representan una amenaza creciente que puede afectar no solo nuestra salud, sino también la economía de los países y otros factores de vital importancia.

Con su distribución se pone en juego la salud de los individuos y su propia vida; sin embargo, se trata de un problema creciente porque representa un negocio lucrativo para las personas malintencionadas que los introducen en los principales canales de distribución del sector farmacéutico.

La OMS y su perspectiva con respecto a los productos falsificados

La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que los productos médicos de calidad subestándar, espurios, de etiquetado engañoso, falsificados o de imitación suponen un riesgo inaceptable para la salud pública, ya que:

  • Pueden causar daños a los pacientes y no ser eficaces en el tratamiento de las enfermedades a las que se destinan.
  • Producen falta de confianza en los medicamentos, los profesionales sanitarios y los sistemas de salud.
  • Afectan a todas las regiones del mundo.
  • Los antipalúdicos y los antibióticos se encuentran entre los productos médicos de calidad subestándar, espurios, de etiquetado engañoso, falsificados o de imitación (SSFFC) notificados con más frecuencia.
  • Se falsifican tanto medicamentos genéricos como medicamentos innovadores, desde antineoplásicos muy caros hasta analgésicos muy baratos.
  • Se pueden encontrar en mercados callejeros ilegales, en sitios web no regulados e incluso en farmacias, dispensarios y hospitales.

Para finalizar, entendemos que el negocio de la falsificación es una operación mundial que abarca numerosos países y está organizada por redes delictivas transfronterizas. Para hacer frente a esos delitos es cada vez más necesario actuar tanto a nivel local como a nivel internacional. Además, se vuelve necesario concientizar de la magnitud del problema a: las organizaciones internacionales, las autoridades de salud pública, las organizaciones empresariales, los grupos de consumidores y los ciudadanos interesados para que puedan desempeñar su respectivo papel y sensibilizar a la opinión pública acerca de los peligros que entrañan los productos falsificados para la salud y la seguridad.

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